No me arrepiento si te digo que te amo, y la canción me queda
fácil traducida al re mayor. No me arrepiento porque sé que no aparento, y las
palabras con el viento llegan donde yo no voy. No me arrepiento si después que
vuelvo a casa, la memoria me repasa el sabor de tu aguijón abeja reina. Me
olvidé de las noticias, de la guerra y la codicia por jugar en tu colchón, en
tu colchón. Y no me arrepiento, no me arrepiento de perderme en tu cintura y
revolcarme con tu cuerpo tapizado en un sillón, para encontrar el ojo de tu
cerradora si el jardín de mi locura se perdió en tu camisón. No me arrepiento
de morir en el intento, de bajar la luna llena solamente para ti.
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